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Los órganos como depósitos emocionales

Los órganos de nuestro cuerpo son mucho más que simples estructuras físicas, también son la sede de numerosas emociones, pensamientos y energías.

Entre estos elementos, nuestros miedos, nuestras energías bajas y nuestras vibraciones bajas se almacenan en nuestros órganos, lo que puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar general.

Empecemos por hablar de los miedos. Nuestros órganos están estrechamente relacionados con nuestro sistema nervioso, que desempeña un papel esencial en la gestión de las emociones, incluido el miedo.

Cuando sentimos miedo, nuestro cuerpo reacciona activando nuestro sistema de lucha o huida, lo que prepara a nuestros órganos para reaccionar rápidamente ante una amenaza percibida.

Sin embargo, si nos enfrentamos a una situación estresante o a miedos recurrentes, nuestros órganos pueden acabar almacenando estas emociones.

Por ejemplo, el hígado está asociado con la ira y la frustración, y puede verse afectado por experiencias de miedo repetitivas. Del mismo modo, los riñones, que son responsables de filtrar las toxinas de nuestro cuerpo, pueden debilitarse por el miedo crónico.

En cuanto a las energías bajas, es importante comprender que todo en el universo está compuesto de energía, incluidos nuestros cuerpos físicos. Las energías bajas suelen asociarse con emociones negativas como la tristeza, la depresión, la ira y la ansiedad.

Cuando sentimos estas emociones de forma persistente, pueden influir en nuestros órganos y alterar su funcionamiento óptimo.

Hablemos de las vibraciones bajas. Las vibraciones se refieren a la frecuencia con la que vibran nuestros órganos y nuestro cuerpo. Las vibraciones bajas suelen asociarse con estados de malestar, desequilibrio y mala salud.

Estas vibraciones bajas pueden estar causadas por diversos factores, como el estrés, las emociones negativas, una dieta desequilibrada y la falta de ejercicio.

Cuando nuestros órganos están expuestos de forma continua a emociones, pensamientos y energías negativas, sus vibraciones pueden volverse bajas, lo que puede alterar su funcionamiento óptimo.

Por lo tanto, es esencial cuidar nuestros órganos cultivando emociones positivas, practicando técnicas de relajación, comiendo de forma saludable y haciendo ejercicio con regularidad.

Al trabajar nuestras emociones y elevar nuestras vibraciones, podemos ayudar a nuestros órganos a recuperar un funcionamiento equilibrado y a mantener una buena salud general.

Cómo pueden afectar estas emociones a cada órgano, las consecuencias de estas alteraciones y cómo restablecer el equilibrio para favorecer una salud óptima.

1. El hígado

  • Almacenamiento de la ira y la frustración: El hígado está relacionado con la expresión de la ira y la frustración. Los miedos y las energías bajas recurrentes pueden provocar desequilibrios hepáticos, lo que da lugar a manifestaciones como problemas digestivos, migrañas y sensación de opresión.

Para restablecer el equilibrio del hígado, es importante liberar la ira de forma saludable mediante técnicas como la meditación, el yoga o la terapia.

2. Los riñones

  • Impacto del miedo crónico: Los riñones están asociados con la gestión del miedo. El miedo crónico puede debilitar los riñones, provocando problemas como trastornos urinarios, fatiga excesiva y disminución de la vitalidad.

Para restablecer el equilibrio de los riñones, es esencial cultivar la confianza y la seguridad emocional, así como practicar ejercicios de relajación y respiración profunda.

3. El corazón

  • Trastornos relacionados con la ansiedad y la ira: El corazón se ve influido por emociones como la ansiedad y la ira. Las energías bajas crónicas pueden provocar un aumento del ritmo cardíaco, hipertensión arterial y un mayor riesgo de problemas cardiovasculares.

Para restablecer el equilibrio cardíaco, es importante practicar actividades que favorezcan la relajación, la gratitud y el amor, como la meditación, el yoga o la atención plena.

4. Los pulmones

  • Trastornos relacionados con la ansiedad y la tristeza: Los pulmones son sensibles a la ansiedad y la tristeza. Las vibraciones bajas pueden provocar respiración superficial, problemas respiratorios y disminución de la oxigenación del cuerpo.

Para restablecer el equilibrio de los pulmones, se recomienda practicar ejercicios de respiración profunda, pasar tiempo en la naturaleza y utilizar técnicas de liberación emocional.

5. El sistema digestivo

  • Consecuencias de las emociones negativas: El sistema digestivo está estrechamente relacionado con nuestras emociones, y las vibraciones bajas pueden alterar su funcionamiento óptimo.

Emociones como la ansiedad, la ira y el estrés pueden provocar problemas como hinchazón, úlceras y trastornos del apetito. Para restablecer el equilibrio, se recomienda llevar una dieta sana y equilibrada, practicar ejercicio con regularidad y controlar el estrés con técnicas de relajación.

6. El bazo

  • Impacto de la preocupación y la obsesión: El bazo está estrechamente relacionado con la energía emocional de la preocupación y la obsesión. Cuando estas emociones negativas están presentes de forma persistente, el bazo puede verse alterado, lo que provoca problemas como trastornos digestivos, debilidad inmunitaria y fatiga excesiva.

Para restablecer el equilibrio del bazo, es importante practicar la gratitud, adoptar hábitos de pensamiento positivos y encontrar formas de relajarse y dejar ir.

7. El sistema inmunológico

  • Alteraciones emocionales y vibraciones bajas: El sistema inmunológico, responsable de defender nuestro cuerpo contra infecciones y enfermedades, está influenciado por nuestras emociones y vibraciones.

Las emociones negativas y las vibraciones bajas pueden debilitar nuestro sistema inmunológico, haciéndonos más vulnerables a las enfermedades y las infecciones. Para fortalecer nuestro sistema inmunológico, es importante cultivar emociones positivas, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad y reducir el estrés en nuestra vida.

8. El cerebro

  • Consecuencias de las energías bajas y los pensamientos negativos: El cerebro, como órgano que controla todo nuestro ser, es extremadamente sensible a nuestras energías y pensamientos.

Las energías bajas y los pensamientos negativos crónicos pueden provocar un deterioro de la salud mental, una mayor susceptibilidad al estrés y problemas cognitivos y emocionales. Para restablecer el equilibrio del cerebro, se recomienda practicar la meditación, la visualización positiva, la autocompasión y cultivar una actitud mental optimista.

9. Las glándulas suprarrenales

  • Impacto del estrés crónico: Las glándulas suprarrenales son responsables de la producción de cortisol, la hormona del estrés. El estrés crónico puede agotar las glándulas suprarrenales, provocando fatiga crónica, trastornos del sueño, problemas hormonales y una disminución de la resistencia a las enfermedades.

Para restablecer el equilibrio de las glándulas suprarrenales, es esencial controlar el estrés con técnicas de relajación, practicar actividades relajantes y garantizar un sueño de calidad.

Es importante destacar que estos ejemplos de órganos y sus alteraciones emocionales no son exhaustivos. Cada órgano del cuerpo está influenciado por nuestras emociones, energías y vibraciones, y merece una atención especial para mantener un estado de equilibrio y bienestar óptimo.

Nuestros órganos son depósitos emocionales que almacenan nuestros miedos, energías bajas y vibraciones bajas. Cada órgano tiene sus propias consecuencias específicas debido a estas alteraciones.

Para restablecer el equilibrio y favorecer una salud óptima, es esencial cultivar emociones positivas, practicar técnicas de relajación, adoptar un estilo de vida saludable y tratar las emociones negativas de forma adecuada.

Al tomar conciencia de esta relación entre nuestros órganos y nuestras emociones, podemos trabajar para restaurar la armonía y el equilibrio en nuestro cuerpo adoptando prácticas y hábitos que favorezcan las emociones positivas y las vibraciones elevadas.

Al cuidar nuestros órganos en todos los niveles, físico, emocional y espiritual, podemos alcanzar un estado de bienestar general.

Autor: Marc Laoviah